La impresión 3D (manufactura aditiva) soluciona los inconvenientes anteriores, ya que
se parte de un único modelo matemático virtual, que se puede imprimir en un único bloque,
sin desperdicios de material. Ademas, es convenientemente más liviano que el bloque metálico,
lo que permite utilizarlo como instrumento de control a pié de máquina, poder realizar mayor
cantidad de mediciones y reducir hasta un 70% de los costos y tiempos de fabricación.
Hubo un proceso de diseño y prototipo de viseras veloz, que permitió pasar del diseño digital al modelo real fácilmente,
utilizando manufactura aditiva. De esta manera se pudo llegar a concebir un modelo que sea cómodo y de uso sencillo. Luego,
sin necesidad de fabricar moldes ni matrices, se pudo replicar ese mismo modelo en muchas maquinas en simultáneo para aumentar
el volumen de producción.
Resultado
La velocidad de respuesta de la impresión 3D fue sumamente superior a la que hubiera sido la de los métodos tradicionales de fabricación,
ya que tendrían que haber pasado por la etapa de diseño, fabricación de moldes con elevados costos, pruebas preliminares, modificaciones,
rediseñados y nueva fabricación de moldes hasta llegar a un modelo final, para luego arrancar a producir. La manufactura aditiva logró
hacerlo más rápido y más barato.